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El hombre que cayó a la Tierra

Los americanos no sólo están en Irak, sino que desde hace unos días también llegaron a Titán, una de las lunas de Saturno. Cuando las computadoras de la NASA decodificaron los sonidos grabados sobre el astro, dicen que la música que se escuchó era similar a la electrónica que se puede bailar en una rave. Kurt Vonnegut llegó antes que los muchachos de la NASA a las lunas de Saturno, y de su paseo por ahí se trajo bajo el brazo un libro hermoso: Las Sirenas de Titán. Salgan a comprarlo ya.

Vonnegut estuvo, de muy joven, bajo las bombas aliadas en el bombardeo de Dresden, donde no quedó ni el loro. Cuando se recuperó, escribió Matadero Cinco ?el nombre no hace alusión a la violencia de Michelini-, una obra maestra. Dicen que Las Sirenas de Titán es un libro de ciencia ficción. A mí, el personaje central me hace acordar a un buen amigo mío, condenado por elección a la más extraña soledad. Tanto que le regalé este libro para su cumpleaños.

Mientras William Niles Rumford pilotea su nave espacial junto a su perro Kazak por el infundibulum cronocinclástico, los dejo con algunas frases de Kurt que ?a diferencia del grave señor Solari- no se toma nada en serio. Pero tampoco se ríe de todo. Adianchi:

"El horror es despertarte una mañana y descubrir que tus compañeros del secundario gobiernan el país".

"Si realmente quieren herir a sus padres y no son lo suficientemente valientes para volverse homosexuales, lo menos que pueden hacer es dedicarse a las artes. Pero absténganse de usar el punto y coma. Es un signo hermafrodita y travesti que no significa nada. Lo único que hace es demostrar que uno ha ido a la universidad".

"El 11 de noviembre habré cumplido 81 años ¿Qué se siente al ser tan viejo? Ya no puedo estacionar marcha atrás aunque me paguen por ello".

"Si alguna vez necesito un epitafio ?Dios no lo quiera- éste dirá: la única prueba que necesitó de la existencia de Dios fue la música".

"Hace algunos años hicimos un homenaje en memoria de Asimov. En algún punto de la celebración dije: 'en este momento Isaac debe estar en el cielo'. Fue la cosa más graciosa que pude haber dicho a un grupo de humanistas. Los hice caer de sus sillas de la risa. Si alguna vez muero ?Dios no lo quiera- espero que digan 'ahora Kurt debe estar en el cielo'. Es mi chiste favorito".

"¿Saben qué es un ludita? Un ludita es una persona a quien no le gustan los cacharros modernos, cacharros como submarinos nucleares armados con misiles Poseidón y bombas de hidrógeno en las ojivas, o computadoras que falsean el proceso de ?llegar a ser?. Bill Gates dice 'esperen ver lo que lo que su computadora puede llegar a ser'. Pero usted es el que debe llegar a ser. Uno nace para realizar el milagro implícito en la vida, no para que una ridícula computadora lo suplante".

"Ahora bien, esta noche hay buenas y malas noticias. La mala noticia es que los marcianos aterrizaron en New York y se están quedando en el Waldorf. La buena noticia es que sólo comen indigentes, mujeres y niños de todos los colores, y orinan nafta".

"Pero ahora hablando en serio, deben haber leído las publicaciones que cuentan que un grupo de antropólogos marcianos ha estado estudiando nuestro país durante los últimos diez años. Olvídense de Brasil y Argentina, éste es el único país que vale la maldita pena en todo el planeta. Bueno, pues regresaron a casa la semana pasada porque se dieron cuenta de lo horrible que será el calentamiento global. Antes de irse, su pequeña líder color malva dijo que ningún marciano podría llegar a entender la cultura americana. '¿Qué es, dijo ella, lo que les gusta tanto de las chupadas de pija y el golf?'".


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Kurt Vonnegut